El Yo es la dimensión autorreferencial de mi experiencia como humano en la Tierra. El espacio-tiempo me permite percibir la continuidad y la coherencia de la vida para crear la identidad del personaje protagonista de mi obra: mi Yo Coherente.
El Yo Coherente surge de la acción coordinada de seis cuerpos multidimensionales
La palabra personaje deriva de la palabra persona, que proviene de un término griego que aludía a las máscaras que usaban los actores en el teatro. Con el paso del tiempo, estas palabras comenzaron a diferenciarse y ahora persona es alguien que habita en el mundo real, y personaje, aquel que lo hace en un mundo ficticio.
Podríamos decir que la persona es el auténtico ser que se esconde dentro de un personaje. El personaje surge de una construcción mental que inventamos a partir de la lengua y la imagen para habitar en un escenario preexistente. Cada estímulo estresante que perciba en el escenario, generará un desequilibrio en sus Yoes, quienes tratarán de recuperar su homeostasis. De esta forma el personaje nunca se mantiene estático, porque en cada acto y en cada cambio de escenario, vive un desafío que lo lleva a transformarse.
Al comparar mi vida con una obra de teatro, veré que está formada por una secuencia de actos, enlazados por un hilo conductor que le da una coherencia. Cada vez que se levanta el telón, mi personaje ingresará a un nuevo escenario, donde tendrá que enfrentar un nuevo desafío. ¿Cómo saldré de esa situación?, ¿cómo será mi conducta?, ¿venceré, o seré derrotado?
Para contestar estas preguntas y cambiar el giro de mi historia no necesitaré ser ni un adivino, ni un mago, sino conocer cómo afecta la NeuroBiología al comportamiento y seguir siete pasos para reescribir mi biografía.