La Terapia del Yo Mental, basada en los principios de la NeuroBiología Comportamental, se enfrenta con el desafío de reescribir la biografía de un consultante. Parte de observación de quien es hoy ese personaje, para poder encuadrarlo en un esterotipo; pero luego vendrá el gran desafío, saber cómo se originó ese personaje.
Si deseamos dar un giro a la historia, debemos cambiar el estereotipo del protagonista de la obra. Como el personaje surge de una construcción mental, será necesario entender cómo funciona el cerebro para replicar ese proceso en la construcción de un nuevo personaje.
El cerebro humano es un órgano en extremo complejo, formado por más de 100.000 de neuronas. Las múltiples conexiones que existen entre ellas crean una red de circuitos. Los circuitos neuronales son los que generan nuestras emociones y pensamientos. Los pensamientos son los que condicionan a nuestros sentimientos y éstos a nuestra forma de actuar. De esta forma podemos ver que existe un proceso, el cual comienza con un estímulo y finaliza en una acción.
Cuando ingresamos a un escenario nuestros cinco sentidos captarán los estímulos del medio exterior. Estos estímulos ingresarán a la pre-corteza cerebral donde serán procesados en forma de neurotransmisores. Para que el cuerpo pueda comprender lo que está sucediendo se generan hormonas que regulan nuestras emociones.
Las emociones son un conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales que nos predisponen a reaccionar de cierta manera ante un estímulo. Ellas son intensas y transitorias, su función es la supervivencia, debido a que nos saca de nuestro estado de indiferencia y nos motiva hacia la acción. Para la Medicina China existen cinco emociones básicas: ira, alegría, incertidumbre, tristeza y el miedo.
Cuando la emoción pasa por el proceso de pensamiento es clasificada, juzgada, etiquetada. El producto final será un sentimiento, o sea una representación mental de lo que le sucede al cuerpo cuando tiene una emoción.
Las emociones, como son fisiológicas, duran poco tiempo; pero no pasa lo mismo con los sentimientos, como estos además involucran una información cognitiva (consciente o subconsciente) suelen prolongarse por más tiempo y convertirse en un estado de ánimo, (ej: la ira nos puso vengativos).
En esos casos el cuerpo se acostumbra a la química que esa emoción provoca y se hace adicto a ella, generando nuevas situaciones que lo lleven a producir mas cantidades de ese químico. La repetición de los mismos escenarios va encasillando al personaje en un estereotipo.
¿Cómo salimos de un circuito de adicción?
Para salir de la prisión que nosotros mismos creamos debemos crear un NUEVO PERSONAJE, el que contará con nuevas redes neuronales, las que generaran nuevas asociaciones neurobiológicas relacionadas con hormonas que nos lleven al placer y al bienestar.
Cuando un terapeuta en NeuroBiología Comportamental se enfrenta al desafío de reescribir la biografía de un consultante, deberá llevarlo a realizar una META, es decir, inducirlo a lograr algo que desea, pero que con el personaje actual sería imposible de concretar. De esta manera se produce un cambio de escenario y se da inicio al proceso de transformación
En la antigüedad, el proceso de transformación interior se conoció como la Opus Magnum (Gran Obra), donde se consideraba que todo ser humano era una piedra en bruto, que al ser pulida develaría una magnífica joya, única e irrepetible. Para lograr esa transformación se debían seguir siete pasos, definidos en el acróstico V.I.T.R.I.O.L.